Concordia de Salamanca – Wikipedia, la enciclopedia libre

La Concordia de Salamanca[nota 1]​ es el acuerdo histórico firmado el 24 de noviembre de 1505 en dicha ciudad española​​​ por Fernando II de Aragón y Filiberto, señor de Veyré, plenipotenciario de Felipe de Habsburgo y Juana de Castilla.​

Testamento de Isabel la Católica[editar]

Tiempo antes de la muerte de Isabel I, los embajadores conocían la intención de Felipe de Habsburgo de lograr de su esposa Juana la transmisión completa de poderes y facultades a la muerte de la Reina Católica.​ Por ello, y tras barajar distintas posibilidades, Isabel estableció en su testamento el 12 de octubre de 1504 que Juana sería «reina verdadera y señora natural» de Castilla, reconociéndole a Felipe únicamente los honores y dignidades como consorte, además de acordar que todos los oficios laicos y eclesiásticos serían desempeñados por españoles y no por extranjeros y que los territorios americanos se reservaban como monopolio a los reinos de Castilla y León, evitando así un posible acaparamiento por los Habsburgo.​

El 23 de noviembre, la reina castellana firmó un codicilio que establecía que cuando Juana no estuviese en los reinos o «estando en ellos no quiera o no pueda atender en la gobernación»,[nota 2]​ de esta se haría cargo Fernando.​

El 26 del mismo mes, la reina moría.​ Comenzó así la llamada primera regencia de Fernando sobre Castilla en nombre de su hija Juana, asumiendo el rey aragonés los títulos de rey administrador y gobernador de los reinos.​

La Concordia[editar]

Felipe el Hermoso y Juana la Loca en los jardines del castillo de Bruselas, en sendos óleos del Maestro de Affligem fechado c. 1470-1500.

Un año después de la muerte de Isabel, el 24 de noviembre de 1505, se firmó la Concordia en Salamanca.​​ El mes anterior había sido uno de los más duros en las relaciones entre Fernando y Felipe.​ Entre lo explicitado, destaca el acuerdo por el que Fernando, Felipe y Juana gobernarían Castilla —al llegar al territorio peninsular, Juana y Felipe serían proclamados reyes propietarios y Fernando, gobernador perpetuo—.​​ Era la primera vez que se reconocía a Felipe como propietario de Castilla junto con su esposa.​ Asimismo, se repartirían las rentas reales por mitad entre Fernando y el matrimonio y las de los maestrazgos de las órdenes militares enteramente para el Católico.​ Además, se acordó la provisión alternativa de las vacantes en los cargos, incluidas las de los maestrazgos.​

Debido a los trastornos mentales que se apreciaban en Juana,[nota 3]​ se añadió una cláusula por la que el gobierno recaería en Felipe y, en ausencia de este, en Fernando.​

De Salamanca a Villafáfila[editar]

Aparentemente, el acuerdo sentaba las bases de una nueva gobernabilidad, aunque el final de las tiranteces era solamente teórico.​ Felipe el Hermoso no se conformó con lo plasmado en el acuerdo y se apresuró a embarcarse junto a su esposa desde Flandes en pleno invierno, el 10 de enero de 1506,​ pero las inclemencias hicieron que tuvieran que permanecer en Inglaterra hasta finales de abril.​

Cuando los nuevos reyes desembarcaron en La Coruña el 26 de abril,​ donde fueron recibidos por la mayoría de nobles castellanos, algunos partidarios del Rey Católico trataron de convencer a este de que no permitiera la entrada de Felipe en los reinos.​ Al mismo tiempo, se puso de manifiesto que Felipe no tenía intención de respetar lo establecido en Salamanca, ya que estaba disconforme con la distribución de las rentas de los maestrazgos y de que Fernando siguiera utilizando el título de rey.​

El primer encuentro entre Fernando y Felipe en la Corona de Castilla y León se dio en la localidad sanabresa de Remesal el 20 de junio, donde Fernando el Católico prometió renunciar al trono castellano y leonés.​ Finalmente, esta posición fue ratificada días más tarde en las capitulaciones de Benavente y Villafáfila de los días 27 y 28.​​

  1. Otras fuentes hablan de Tratado de Salamanca.​
  2. El primer caso —«Estando en ellos no quiera»— contemplaba la posible usurpación de funciones por parte de Felipe; el segundo —«O no pueda atender a la gobernación»— se refería a la posible incapacitación formal.​
  3. Durante su estancia en Flandes había protagonizado peleas en público con las amantes de su marido, mostrando desvaríos frecuentes pero no continuos.​

Referencias[editar]

Bibliografía[editar]